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martes, 23 de octubre de 2012

¡Una petición dimathiana!!

Hola Dimathian@s!


Bueno, como falta poco para que la reedición esté ya maquetada, quería haceros una petición importante y que espero participación por vuestra parte.


Quiero que desde algunos blogs me hagáis reseña antes de publicar definitivamente la Reedición de Crónicas Mágicas: Dimathian, para que antes de que esté listo el libro, podáis tener opiniones de la nueva creación.


Pido que sean blogs consolidados, con una cantidad considerable de seguidores y visitas, pues quiero intentar que sus opiniones lleguen a mucha gente.


Así que sólo tenéis que enviar un e-mail a: misuenoenpapel@gmail.com con el asunto "reseñar Dimathian" y os facilitaré el archivo.


Pido también a esas personas que se presen voluntarias, que no tarden demasiado en hacer la reseña, ya que quiero que la gente pueda ver las opiniones, antes de que salga disponible el libro reeditado.


Espero que os guste la idea :)


Un besote

domingo, 14 de octubre de 2012

¡¡Segundo Regalito Dimathiano!!

Hola Dimathian@s!


Como dije en las Noticias Breves, aquí os dejo el primer capítulo de la reedición de Crónicas Mágicas: Dimathian.
Espero que os guste que comentéis y que lo compartáis con cuanta más gente mejor!!





1 Comienza la Búsqueda
Dylan volvió a cruzar el portal agachandose, debido a su altura, y apareciendo al otro lado. La cueva donde apareció se encontraba en total oscuridad y buscó con sus grandes ojos verdes a su compañera Nadira, mientras retiraba su pelo negro como el carbón de su cara.
−¡Nadira! ¿Dónde te has metido? —Preguntó mirando a su alrededor.
−¡Estoy aquí! —Respondió la chica desde el exterior de la cueva.
Sin perder un segundo, salió y allí se la encontró, mirando todo lo que la rodeaba, con esa curiosidad innata de los Dimathianos.
−No te pongas a investigar, que tenemos mucho que hacer —Dijo él con autoridad.
Nadira se dio media vuelta y Dylan se quedó mirando, embobado, a aquella chica de figura delgada y esbelta, con el pelo rubio y ojos de color tierra.
−Lo siento —Dijo ella con una sonrisa infantil en los labios—. Es la costumbre.
Nadira era muy ágil y rápida así que no le costó nada alcanzar a Dylan y ponerse a su lado, el joven que caminaba por el bosque de forma rápida y decidida, como si tuviera claro el rumbo a seguir. Pero ella estaba algo perdida, no entendía lo que su compañero pretendía hacer.
−¿Dónde se supone que estamos? y ¿a dónde se supone que vamos? –Preguntó sin dejar de caminar.
−Tenemos que encontrar a todos los magos que haya en este planeta –Dijo él de forma natural.
−¿Eres adivino y ya sabes dónde están? –Preguntó ella en tono divertido.
−Pues claro que no –Contestó malhumorado–. Tenemos que situarnos en un lugar alto y pronunciar el conjuro de búsqueda. Después la piedra blanca nos marcará el camino para llegar a ellos.
−Pero… ¿Y si se encuentran muy lejos? –Preguntó–. Este planeta es enorme, podemos tirarnos meses viajando.
−Por eso hay que darse prisa. Venga, vayamos rápido.
−Vale… –Dijo con desgana.
El bosque en el que se encontraban era tranquilo, apacible, se respiraba auténtica paz. Era tan relajante que Nadira no pudo evitar esbozar una sonrisa mientras caminaba rápido para no perder de vista a su compañero. Se sentía bien caminando por ese lugar que por unos efímeros segundos le recordó a Dimathian.
Le estaba encantando el planeta, ya que era relajante y tranquilizador.
Pero el ensueño de Nadira ante tal lugar se esfumó cuando la voz de Dylan llegó a sus oídos para explicarle que los antiguos magos habían investigado el planeta, descubriendo que los humanos que allí vivían no cuidaban la naturaleza ni a las formas de vida. No lo respetaban, si no que acababan con ello por puro placer. Ella no daba crédito a lo que oía e incrédula defendió su posición argumentado que los habitantes de un sitio de tal belleza debían ser respetuosos son él, pero Dylan no le hizo caso y a los pocos metros, encontraron una zona elevada, con unas vistas impresionantes del Amazonas, para poder realizar el conjuro.
−Me parece que en este lugar, el ser humano ha estado muy poco sigue siendo virgen y puro como debería serlo el resto del planeta.
−Bueno, ¿Tú no tenías tanta prisa por hacer el conjuro? –Preguntó ella–. Pues venga, venga….
Se colocaron uno frente al otro mirándose a los ojos. Eso puso nerviosa a Nadira que sintió como su corazón se aceleraba momentáneamente. La joven llevaba un tiempo enamorada de Dylan, pero no lo había confesado nunca. Ella sabía el éxito que el mago tenía en Dimathian, tenía muchas chicas donde elegir y estaba segura de que ni se había fijado en ella de esa forma así que no quería que el joven supiera nada de sus sentimientos por temor al rechazo.
Él metió la mano en su bolsillo de donde sacó una pequeña piedra puntiaguda enganchada a una cuerda de cuero. Ella hizo el mismo gesto sacando otra piedra casi igual. Dylan la cogió con la mano derecha y unió su mano con la de Nadira para que ambas manos estuvieran en contacto con las piedras blancas. Unieron también las otras manos y cerraron los ojos para comenzar a pronunciar el conjuro.
Notaban como su energía empezaba a fluir por sus cuerpos, su magia se mezclaba con la del otro para que el efecto del conjuro fuera mayor. Una vez que acabaron, abrieron lentamente los ojos.
La piedra blanca emitió un leve resplandor que luego se hizo más tenue hasta que se extinguió por completo. Nadira miró muy extrañada las piedras que aún permanecían entre ambas manos. Bastaba con que uno de los dos dijera el conjuro, pero prefirieron volver a unir sus fuerzas mágicas. Ella había prestado parte de su energía para que el conjuro fuera lo más efectivo posible, por eso no entendía por qué no había funcionado.
−¿Están rotas?
−¿Cómo crees que vayan a estar rotas? –Preguntó Dylan irritado sin responder la pregunta.
−Es que yo pensaba que iba a iluminarse como el fuego para señalarnos la dirección. Y el resplandor ni se ha visto–. La decepción se notaba en su rostro.
−No seas zopenca…. Ese leve destello que hemos visto, significa que el conjuro ha funcionado, pero hasta que no comencemos a caminar no empezará a indicarnos el camino.
La muchacha, se sintió herida por tales palabras de una manera exagerada a causa de la naturaleza de los sentimientos que sentía por él, así que prefirió no hablar más durante unos minutos. Bajaron de la zona elevada y la piedra se iluminó de forma muy tenue. Dylan al verlo se giró en la dirección opuesta a su marcha. Nadira,  avida por aprender más y demostrarle que podía ser mejor con su magia, decidió preguntar:
−Oye Dylan… ¿Por qué vamos en dirección opuesta?
−Porque si el brillo de la piedra blanca es muy tenue y se apaga cuando se empieza a caminar, es que hay que ir en la dirección contraria.
−¿Ah, si? ¿Y qué más hace la piedra blanca? –Preguntó sorprendida.
−¿Es que acaso no leiste el libro “Historia y usos de la piedra blanca” cuando te adiestraron?
−Pues… solo lo leí por encima –Confesó sacando la lengua como una niña pequeña.
−¿Qué? – Preguntó sobresaltado–. ¿Me han asignado a una compañera que no sabe nada de la piedra blanca?
-No es eso, sé manejarme bien con la magia, sólo que a veces necesito una pequeña ayuda. El Maestro Quiren pensó que contigo podría coger la práctica que me falta.

Dylan se paró en seco, necesitaba hablar seriamente con ella para poder continuar con la misión y regresar a Dimathian sin ningún rasguño.  Era una misión demasiado peligrosa como para estar con alguien inexperto.
−A ver, dime qué significan tres de los diez posibles colores que puede adoptar la piedra blanca –Pidió muy exigente.
−Pues… El blanco es para cuando se hace una búsqueda.
−Ese no tendría que valer porque te le dije yo. Pero vale, dime dos más.
−Pues… A ver… El negro es cuando detecta algún mago negro o repudiado  -Contestó no muy segura-. Y… Creo que… El color rojo significa que hay algún mago herido -Contestó dudando.
−Has acertado. Pero me parece que acertaste de casualidad. –Respondió muy serio -Veamos, otra pregunta sobre la piedra... –Dijo pensativo–. Si quieres lanzar un ataque a gran escala ¿Qué tienes que hacer con la piedra blanca?
−Creo que eso me lo salté –Contestó sacando la lengua y sonriendo.
−Pues atiende porque solo te lo explicaré una vez.
−Vale, tranquilo, que yo soy muy buena alumna.
−Debes apuntar en la dirección en la que lanzarás el conjuro y pronunciarlo. Pero con los ataques con agua no es tan efectivo –Comentó él sin dejar de caminar por el bosque.
−¿Y ya está? Pensaba que sería más difícil usarla para un ataque…
−¿Crees que es fácil usarla? Cada piedra responde solo a su mago, y hace falta mucha maestría y práctica para que sea totalmente fiable y útil.
−Pues a lo mejor es por eso por lo que a mi no me resulta tan útil la piedra blanca, porque no suele funcionarme casi nunca –Comentó mirando su piedra, que en ese momento, colgaba de su cuello.
−¿Cómo quieres que te funcione bien si no sabes casi nada sobre la piedra blanca?
−¿Tú viste lo gordo que es el libro?
−Claro que lo vi, me lo estudié en su día. Me sé todos sus usos, y todo lo que hay que saber para que funcione y no me falle nunca –Contestó orgulloso de sí mismo.
-Bueno, no todos somos el empollón de la clase –Le reprocho un poco más ofendida.
−No soy un cerebrito, soy un buen mago, que es distinto, en cambio tú… pareces de primer nivel.
−No soy de primer nivel –Contestó ofendida–. Estoy casi en cuarto nivel.
−¿Tú en cuarto nivel? –Preguntó parándose incrédulo–. Debes ser un peligro con los conjuros. Si lo llego a saber hago yo solo el conjuro de búsqueda.
−¡Qué exagerado! –Gritó enfadada.

En plena discusión escucharon el sonido de unas ramas crujiendo. Se quedaron en silencio e inmóviles, necesitaban pasar desapercibidos ante el que con sus pasos rompía madera y se deslizaba rápidamente por el lecho de hojarasca seca.
A los pocos segundos, vieron a un gran jaguar que se movía hacia ellos con decisión, Nadira actuó por instinto, cogió su piedra y pronunció un conjuro.
Progos –Gritó en voz alta.
Al instante el jaguar se quedó desconcertado, parándose en seco y olfateando e intentando encontrar a su presa de nuevo. Después de varios intentos fallidos, se dio media vuelta y se marchó.
Dylan, aun paralizado, se había sorprendió al escuchar a la muchacha realizar el conjuro a la perfección, ya que no era fácil de  ejecutar, sobre todo por una persona que había mostrado su torpeza con la piedra blanca.
−¿Conoces el conjuro de protección? ¿Y encima eres capaz de hacer que funcione? -Preguntó totalmente anonadado-. Vaya no pensé que fueras capaz de eso–. La sorpresa se reflejaba en su rostro.
−De nada, por salvarte la vida –Contestó molesta.
−Gracias, de verdad –Dijo él sujetando su mano con delicadeza.

Se quedaron unos segundos en silencio mirándose fijamente a los ojos. Dylan todavía sostenía la mano de Nadira entre las suyas y ella se había sonrojado tremendamente por la situación. Avergonzada trató de cambiar de tema para que él no continuase con los ojos fijos en ella.
−¿Ves como no soy tan torpe como tú piensas? –Preguntó para intentar recomponerse.
−Perdóname –Se disculpó acercándose más a ella–. Espero no haber herido tus sentimientos, no era mi intención…
−Eh… No, tranquilo, no pasa nada… –Contestó nerviosa por la cercanía de Dylan.
−¿Te pongo nerviosa? –Preguntó levantando una ceja y acercándose tanto a ella que sus labios se quedaron a unos pocos centímetros.
−Si, un poco…
−¿Y si me acerco?
El rubor de las mejillas de Nadira iba en aumento, no sabía lo que hacer ni lo que decir. Se puso tan nerviosa y alterada por estar en esa situación con Dylan que actuó sin pensar.
Dilanón –Gritó.
El conjuro lanzó a Dylan varios metros hacia atrás haciendo que cayera al suelo de golpe. Aturdido y molesto, se levantó y se sacudió las ropas. Se acercó a ella y la miró.
−¿Por qué hiciste eso?
−Para demostrarte que soy buena –Dijo ella sonriendo.
−Eso no es verdad. Estabas roja como un tomate, te pone nerviosa que estemos tan cerca ¿A qué si?
−Pues no. No seas tan creído –Respondió intentando ocultar su rubor.

Dylan se acercó a ella, que había empezado a caminar con la cabeza agachada. La detuvo sujetándola del antebrazo e hizo que sus miradas se cruzasen.
−No soy creído, pero soy bueno interpretando el lenguaje corporal. Y sé lo que está diciendo tu cuerpo ahora.
−¿Ah, si? A ver, ilústrame.
−Te pones nerviosa cuando nos tocamos, pero sobre todo cuando estamos muy cerca o nos miramos a los ojos –Explicó con un hilo de voz ronco y dulce a la vez–. Con lo que deduzco que, es más que probable que te sientas atraída por mí.
−¿Cómo puedes ser tan engreído? –Preguntó cada vez ruborizándose más.
−¿Lo ves? Te has puesto roja como un farolillo.
−Eres un idiota –Replicó enfadada.
Nadira sacó su piedra blanca, la observó y se puso a caminar sin mirar ni siquiera a Dylan. Él se quedó pensativo viendo su reacción. Se puso a su lado intentando volver a detenerla y así seguir hablando, pero ella se zafó de su agarre de forma brusca y continuó caminando con paso firme dejándole atrás y evitando su mirada con todo su empeño y con una expresión en su rostro de vergüenza.
−¡Espera, Nadira!
−¡Déjame en paz! Buscaré yo sola a los magos.
−¡Espera, por favor! –Gritó corriendo tras ella.
Nadira continuó su marcha sin prestar atención a nada salvo a su piedra blanca. Ella sola buscaría a los magos y los llevaría hasta Dimathian sin ayuda de ese joven que había resultado ser un chulo y un engreído.
Perdida como estaba en sus pensamientos, no percibió que Dylan la había alcanzado. La sujetó por el hombro y ella le miró furiosa, apartó la mano de Dylan de un manotazo. Realmente estaba muy enfadada con él, en parte, porque había visto muy pronto lo que ella sentía y no podía consentirlo. Por otra parte, experimentaba mucha frustración ante la falta de confianza que demostraba Dylan hacia ella como maga.
−¡No te acerques!
−Nadira, no te pongas así…
−Sí que me pongo así, ¡creído! –Gritó ofuscada.
−Sé que es verdad, soy bueno leyendo lenguajes corporales. No puedes negarlo –Contestó–. Además te pusiste roja.
−¡Qué dejes el tema! –Gritó nerviosa.
−Cálmate, por favor, Nadira. No es nada malo, de hecho me pareces una chica estupenda y muy guapa.
−¿Eh? –Ella estaba totalmente descolocada.
−Antes intentaba decirte que era estupendo que mostrases signos de que te gustaba porque tú a mí también me gustas –Confesó con una amplia sonrisa.
−¿Yo? ¿Me tomas el pelo? –Preguntó incrédula.
−No, no te tomo el pelo.
− Pero… Si eres más mayor que yo. Seguro que hay magas de tu misma edad y mucho mejores que yo –Contestó sin mirarle.
− Ya, pero eres tú la que me gustas –Dijo levantándole la barbilla para que se miraran a los ojos.
−¿Por qué me tienes que decir esto justo en medio de una misión?
−Porque… Bueno, no sé porqué te lo digo ahora. Pero te lo digo –Dijo hecho un lío–. ¿Qué respondes?
Nadira  se quedó mirándole a sus preciosos ojos verdes mientras le palpitaba el corazón. Su nerviosismo aumentaba al verse reflejada en los ojos de él. Se acercó a Dylan lentamente, se puso de puntillas, se apoyó ligeramente en sus hombros para no perder el equilibrio y titubeando por un segundo le rozó los labios con los suyos, sintiendo una  descarga. A Dylan le pilló por sorpresa pero fue un regalo inesperado y dulce para él. Después ella se separó lentamente y se puso a caminar con una expresión de felicidad en el rostro, ante la mirada de aquel joven cuyo rostro la tenía completamente enamorada, con gesto aniñado pero a la vez muy sexy que tenía conquistado su corazón. Aunque lo que realmente cautivaba a Nadira era esa sonrisa perfecta, ligeramente torcida hacia un lado, con unos dientes impecables y un pequeño hoyuelo formado en la barbilla.
Feliz se acercó a Nadira y se puso a su lado, caminaban a la par y Dylan la cogió de la mano. Ella la sujetó fuerte y no pudo evitar que un ligero rubor asomara por sus mejillas, haciendo que él se sintiera muy afortunado.
La caminata duró muchas horas, hasta que se hizo de noche y tuvieron que guarecerse en un refugio que crearon mediante un conjuro. Era como una pequeña casita hecha de ramas y hojas de los árboles de su alrededor. No era demasiado confortable pero les serviría como protección ante las criaturas nocturnas de aquel lugar.
Nadira se tumbó y Dylan se puso a su lado para darle calor. Ella no se apartó a pesar de que su corazón se aceleró con el contacto y el calor corporal de él.  Abrazados, durmieron relajadamente. Dylan vigiló el sueño de Nadira. Repasaba con sus ojos ese rostro tan dulce y bello. El largo y rubio cabello de ella, que caía a lo largo de su espalda, siempre había hecho que se sintiera hipnotizado, realmente no se creía que pudiera tenerla entre sus brazos.




¿Qué os ha parecido? Me gustaría poder compartir las opiniones mediante Facebook, Tuenti y demás para que todo el mundo vaya conociendo la novela y sobre todo la reedición


Un besote

sábado, 6 de octubre de 2012

Análisis profundo CM 8: Los reyes

Hola Dimathian@s!

Aquí traigo otro nuevo análisis de Crónicas Mágicas. En este caso quiero hablaros un poquito más de los reyes.


En Adopalán gobierna el Rey Esdras. Es un monarca alto, con pelo largo y castaño. Tiene unos ojos azules muy oscuros, y su expresión aniñada transmite calma a cuantos le miran.

En Mitarán gobierna el rey Guido. Es un hombre de estatura media, de pelo rubio, unos intensos ojos verdes. Y el pelo largo y la perilla le otorgan una expresión seria.

En Agolán gobierna el rey Anieli. Es fuerte, alto, con el pelo castaño y rizado, de ojos marrones y una expresión amable, que lo hace muy cercano.

En Lendarián gobierna el rey Nahum. De mediana edad, con el pelo castaño y largo, de ted blanca que contrasta con su larga barba. Con una prominente barriga que le hace parecer más mayor. Es muy desconfiado y orgulloso.

En cuanto a Oziel, ya os hice una descripción más concreta, ya que es un personaje tan importante en la novela.

¿Os gustan los reyes de Dimathian? ¿Queréis saber algo más?

Hasta el próximo análisis.

Un besote

martes, 2 de octubre de 2012

Reseña Crónicas Mágicas por Dulce Cautiva

Hola Dimathian@s!


Aquí os traigo una nueva reseña de Crónicas Mágicas, en esta ocasión, fue mi querida Dulce Cautiva. Te agradezco en el alma cada palabra de la reseña. Y espero que haya visto que la reedición está acabada!!


Os dejo la reseña y el link a su blog


RESEÑA: "CRÓNICAS MÁGICAS: DIMATHIAN"



Título: Dimathian

Autor: María Orgaz Bueno

Saga: Crónicas Mágicas I

Editorial: Ulzama

Fecha de Publicación: Enero 2012

Encuadernación: Rústica

Páginas: 261

Precio: 10 euros





Argumento:

En un mundo donde la magia es el centro de todo, un gran mal amenaza con cambiar el curso de la historia. Magos oscuros quieren hacerse con el control de todos los reinos mágicos.

Para impedirlo, algunos magos que aún luchan por la verdad y el bien, deben viajar a otro mundo, encontrar a magos que quieran ayudarlos, deben encontrar a los elegidos. Sólo ellos conseguirán reestablecer el bien y derrotar a los que quieren llenar Diamthian de oscuridad...

Sobre la autora:

María Orgaz nació el 27 de junio de 1986 en Madrid. Desde pequeña mostró grandes aptitudes para la Lengua y la Literatura, destacando en redacciones y expresión oral.

Sus estudios estaban centrados en las ramas de las letras y humanidades.

En 2008 se diplomó en Magisterio de Educación Infantil, pues tiene pasión por los niños pequeños, la misma pasión que muestra por la escritura. Cuenta en su haber más de veinte novelas terminadas que están a su disposición del público en su blog htt://marru86.blogspot.com.


Opinión Personal:

Comenzaré diciendo que la portada me encanta, y que la edición esta muy trabajada. ¡Si incluso incluye en la parte de atrás del libro un mapa sobre el planeta de Dimathian! Así, nos hacemos una mejor idea de dónde está situado cada reino, que son varios (cinco para ser exactos), y todo eso.


Los capítulos son cortos y de fácil lectura. La historia es original y entretenida, y la autora emplea un vocabulario sencillo y de fácil entendimiento.

En el mundo de Dimathian encontramos una guerra entre reinos por el poder absoluto. Uno de los reyes, Oziel, quiere hacerse con el control de todo el planeta y los reyes del resto de reinos que componen Dimathian, quieren impedírselo a toda costa. Pero sus fuerzas no son suficientes, por eso deciden enviar a Dylan y Nadira para que eso cambie. Ellos serán los dos magos enviados a la Tierra en busca de más magos que antaño, viajaron a ese planeta. Allí serán donde encuentren a Malcom y Amira, otros dos magos que serán reclutados por ellos, entre otros.

Desde que Dylan y Nadira, los encuentra, comienzan las clases de adiestramiento para que tanto Amira como Malcom, aprendan a manejar sus poderes y la piedra blanca que cada Mago posee y que son las que permiten canalizar el poder de sus dueños.

Toda la historia en sí me pareció bastante buena, además de que al principio te explica todo para que nos hagamos una idea y no acabemos perdidos y más tratándose de un mundo ficticio, del que no hemos oído hablar nunca. Pero la encontré algo precipitada, como que iba muy rápida en la narración... Además, considero que hay muchos diálogos y pocas descripciones, para mi gusto, y muchos de ellos eran repetitivos o predecibles... Por todo lo demás, me gustó mucho.

Los personajes me encantaron, cada uno te atrapa con su personalidad, aunque la relación que surgen entre ellos es apenas creíble, porque con apenas unos roces y encontronazos, se enamoraban así sin más. Y bueno, la relación que más me gustó fue sin duda alguna la de Dylan y Nadira. Es una relación tierna y bastante intensa.

Verán que en esta historia hay de todo, desde un triángulo amoroso entre Amira y dos chicos, hasta Dragones, pasando por Princesas, y muchos otros elementos que son simplemente mágicos >.<

El final es abierto, nos deja con muchas intrigas y con ganas de saber qué pasará acontinuación, pues el libro finaliza en una parte muy interesante, de esas que despiertan en el lector el interés por querer saber más.

En definitiva, si quieres fantasía y pasar un rato entretenido, te animo a que la leas, pues la historia es buena, aunque mejorable, ya que podría dar mucho más... ¡Seguro que el próximo libro es aún mejor! >.< Pero aún así, ¡Merece la pena leerla!
 


Un besote